Técnicas de redacción
Contenido: Redacción.
Tipos de textos. Características de los textos. Leyes de los
elementos de comunicación. Técnicas de redacción. Usar la
estructura nombre-verbo-complemento. Ortografía. Puntuación. La
sencillez. La cohesión. La coherencia. Evitar la redundancia. El
ritmo.
Redacción
Redacción es la composición de
textos escritos. El redactor es la persona que escribe, pero de forma
profesional. Es decir que, en ese sentido, el redactor es un
escritor, pero un escritor profesional (un profesional de la
escritura).
Tipos de textos
– Texto argumentativo
– Texto explicativo
– Texto descriptivo
– Texto narrativo
– Texto expositivo
– Texto explicativo
– Texto descriptivo
– Texto narrativo
– Texto expositivo
Características de los
textos
Según los lingüistas Beaugrande y
Dressler, todo texto bien elaborado ha de presentar siete
características:
– Ha de ser coherente, es decir,
centrarse en un solo tema, de forma que las diversas ideas vertidas
en él han de contribuir a la creación de una idea global.
– Ha de tener cohesión, lo que
quiere decir que las diversas secuencias que lo construyen han de
estar relacionadas entre sí.
– Ha de contar con adecuación al
destinatario, de forma que utilice un lenguaje comprensible para su
lector ideal, pero no necesariamente para todos los lectores (caso de
los volcados de núcleo mencionados más arriba) y de forma que,
además, ofrezca toda la información necesaria (y el mínimo de
información innecesaria) para su lector ideal o destinatario.
– Ha de contar con una intención
comunicativa, es decir, debe querer decir algo a alguien y por tanto
hacer uso de estrategias pertinentes para alcanzar eficacia y
eficiencia comunicativa.
– Ha de estar enmarcado en una
situación comunicativa, es decir, debe ser enunciado desde un aquí
y ahora concreto, lo que permite configurar un horizonte de
expectativas y un contexto para su comprensión.
– Ha de entrar en relación con
otros textos o géneros para alcanzar sentido y poder ser
interpretado conforme a una serie de competencias, presupuestos,
marcos de referencia, tipos y géneros, pues ningún texto existe
aisladamente de la red de referencias que le sirve para dotarse de
significado.
– Ha de poseer información en
grado suficiente para resultar novedoso e interesante pero no exigir
tanta que colapse su sentido evitando que el destinatario sea capaz
de interpretarlo (por ejemplo por una demanda excesiva de
conocimientos previos).
Así pues, un texto ha de ser
coherente, cohesionado, comprensible para su lector ideal,
intencionado, enmarcado en una situación comunicativa e inmerso en
otros textos o géneros para alcanzar sentido; igualmente ha de
poseer información en grado suficiente para resultar novedoso e
interesante.
Leyes de los elementos de
comunicación
– Claridad: Corresponde
al código. Hay que escribir con un máximo de sencillez para que el
código no haga de filtro, sino que permita el paso del mensaje.
– Brevedad: Corresponde
al mensaje. Intentar dar la máxima información en un mínimo de
palabras.
– Precisión: Corresponde
al contexto: El texto debe focalizarse en lo que interesa sin rodeos
ni añadidos.
– Corrección: Corresponde
al canal. Se debe escribir correctamente, cumpliendo las normas
gramaticales y estructurales y presentar el texto formalmente digno.
– Totalidad: Corresponde
al receptor. No se debe dar la impresión de que transmite un mensaje
incompleto.
– Originalidad: Corresponde
al emisor. Se debe tratar de no copiar las formas.
Técnicas de redacción
Usar la estructura
nombre-verbo-complemento: Lo que mata el interés de un escrito es no
llegar nunca a la idea central. Por tanto, las oraciones subordinadas
son el peor enemigo. Trata, pues, de ejercitar tu escritura
utilizando oraciones simples.
– Ortografía: Visualizar
las palabras que se presentan. Descubrir semejanzas. Añadir
grupalmente, palabras semejantes a las presentadas considerando su
correcta escritura, por ejemplo las esdrújulas: pésimo, mínimo,
máximo, fantástico, fanático, etc.
– Puntuación: La
idea del texto se pierde por la ausencia o exceso de signos de
puntuación. El uso de la coma, el punto, los dos puntos, las
comillas, los guiones, etc., a veces resulta complicado, pues no es
fácil memorizar tantas reglas.
Sin embargo, antes de redactar es
recomendable dar un vistazo a las reglas principales para evitar
errores de interpretación.
– Sencillez: Debemos
recordar que se escribe para los demás, no para uno mismo. Por ello,
utilizar palabras de dominio común facilita aún más la comprensión
del texto para el lector y la redacción para el autor. Sin embargo,
debe tenerse cuidado de no pecar de ignorante o de abusar de erudito.
– La cohesión: Para
que un texto sea cohesivo es necesario que el emisor haya vinculado
entre sí las oraciones mediante los elementos que marcan las
relaciones semánticas. La cohesión permite apreciar en conjunto las
oraciones, por eso, se dice que es una relación interoracional que
permite que las oraciones se organicen en un texto.
De este modo, un texto no es la suma
de las oraciones que lo componen, sino que es el producto de
relaciones transfrásticas (entre oraciones) que se instauran en él.
– La coherencia: Hace
referencia al dominio de procesamiento de la información. El mensaje
que vehiculizan los textos se estructura de una determinada forma,
según cada situación de comunicación.
La coherencia establece cuál es la
información permanente que se ha podido comunicar y cómo se ha de
hacer.
– Evitar la
redundancia: No por mucho escribir nuestro texto será más
atractivo. Esto hace que el texto pierda interés, sentido y
propósito. Nos perdemos y perdemos al lector.
– El ritmo: Le
confiere movimiento, vida, debe ser motivador y sugerente. Varía
mucho según el tipo de escrito, pero en principio suele ser muy
homogéneo en un mismo texto.
De este modo el lector crea sus
propias expectativas sobre lo que va a leer a continuación y las
confirma o rechaza a medida que avanza en la lectura. Los cambios
bruscos, si no son intencionados, dificultan la creación de
expectativas y reducen el interés por la lectura.
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